El polvo acumulado en nuestros hogares es más que un simple problema estético. Este polvo doméstico puede contener una variedad de partículas dañinas, incluyendo ácaros, pelos de mascotas, restos de piel humana, bacterias y hongos. 

Estos elementos pueden provocar o agravar problemas de salud como alergias, asma, infecciones respiratorias y otras afecciones. Las personas con sistemas inmunológicos debilitados o enfermedades respiratorias preexistentes son particularmente vulnerables a estos efectos. 

Las medidas de protección son fundamentales para reducir la acumulación de polvo y minimizar su impacto en la salud. Mantener la casa limpia, ventilarla regularmente, usar purificadores de aire y cambiar regularmente los filtros de aire de la calefacción y el aire acondicionado son estrategias efectivas. 

Es importante realizar limpiezas regulares y profundas para eliminar el polvo acumulado en lugares menos accesibles como debajo de los muebles y los colchones. Además, el uso de aspiradoras con filtros HEPA puede ser beneficioso para reducir la cantidad de polvo en el aire durante la limpieza. 

En conclusión, es esencial entender el impacto del polvo en la salud y adoptar medidas de protección para mantener un entorno doméstico saludable.